ADIOS AL VERANO

Llegó Septiembre, y con él, la tranquilidad, la paz, el sosiego, la calma y el silencio propio de un pequeño pueblo como el nuestro.
Pero con la llegada de Septiembre, también nos invadió, la melancolía y por qué no decirlo, en cierto modo la tristeza.

Ya no se escucha el correteo de los niños por las calles, los parques enmudecen al atardecer y tan solo el piar de los pájaros luchando por buscar alojamiento para pasar la noche, rompe este silencio característico de los atardeceres pre otoñales; Los amigos marchan y se despiden hasta el próximo verano, los familiares vuelven a su trabajo en la ciudad, los universitarios tornan a sus respectivos lugares y sin quererlo, algo te oprime el pecho en el momento de decirles a todos ellos adiós.

Atrás quedan esas hermosas veladas hasta el amanecer, el bullicio de las verbenas, las “molestias” de los botellones, los corros en las puertas tomando el fresco de la noche; Y flotando en el aire, esos amores de verano que quien sabe si volverán.

Se me viene a la memoria, aquella canción de Bruno Lomas ¿Os acordáis?, creo que decía así.




Melancolía, en Septiembre
Esto sólo me quedó de ti.
Canción de amor, en Septiembre
Que nunca se irá de mí.

Hasta la vista, fue tu adiós final.
Hasta la vista, antes de partir.
Y al preguntarte cuándo volverás,
Tus llorosos ojos contestaron por ti.

Feliz viaje a todos y que la suerte os acompañe hasta vuestro regreso.